Lo mejor en la vida llama a tu puerta sin que lo esperes,
porque en ocasiones, el secreto de la felicidad está no en buscar sino en
dejarse encontrar, en ser paciente y mantener siempre el corazón encendido de
ilusiones, de esperanzas…
Y a ti, ¿te ha sorprendido la vida alguna vez con esos
engranajes inexplicables? En ocasiones, nos aferramos a dibujar en nuestra
mente cómo debe ser nuestro futuro, y qué rostro debe tener ese amor que nos
traerá la felicidad. Ahora bien, en realidad, a veces basta sólo con “dejarnos
llevar”.
Si hay algo que tenemos claro es que no es fácil tener
paciencia ni convencernos de que basta sólo con confiar, para que todo lo bueno
acontezca de pronto. En realidad, se trata de algo más: de tener la actitud
adecuada.
Son tus pensamientos quienes dan fuerza a tus emociones y
quienes trasforman tu realidad. Si nos encerramos en nosotros mismos y
cultivamos el resentimiento y la frustración, es muy difícil que dejemos una
ventana abierta para que la vida nos inunde con su magia repentina.
Mantén una actitud fuerte, enérgica y positiva donde tú seas
siempre lo más importante, tú eres quien merece ser feliz. Practica la
sencillez, la pasión por vivir y no cierres la puerta a nada: las mejores
experiencias las trae la casualidad.
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